Bueno, pues siguiendo los consejos de los responsables de este blog, he tratado de escribir un titular más o menos llamativo y poco académico. Sin embargo, no sé si estarán igual de contentos respecto a su concreción. Adelantándome a su regañina, voy a tratar de solventar ese error de una de las maneras más habituales y eficaces: recurrir al diccionario para aclarar los dos conceptos fundamentales que conforman el titular: