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Problemas cognitivos asociados a la esclerosis múltiple (Parte I)

Javier Tirapu Ustarroz
10 abril 2016

La esclerosis múltiple (MS), como ya es bien conocido por todos, es una enfermedad desmielinizante común que afecta al sistema nervioso central.

La esclerosis múltiple (MS), como ya es bien conocido por todos, es una enfermedad desmielinizante común que afecta al sistema nervioso central.

Aunque sus síntomas neurológicos típicos y que incluyen, entre otros, problemas visuales, diplopía (visón doble), nistagmos (movimiento involuntario de los ojos) , disartria (dificultad para articular palabras), debilidad general, parestesias, problemas de vejiga y afectación del estado de ánimo son ya bien conocidos; sin embargo, en los últimos 15 años ha cobrado mucho interés el estudio sobre los déficit neuropsicológicos asociados o relacionados con la EM.

La comunidad científica y los profesionales que atienden a estos pacientes (sobretodo neurólogos) esperan estudios concluyentes sobre los déficit neuropsicológicos en la EM para el desarrollo de enfoques terapéuticos, ya sean farmacológicos o no farmacológicos. A pesar de muchos esfuerzos para la integración, el conocimiento en torno a los déficit neuropsicológicos de la EM sigue siendo más bien fragmentada y controvertida.

La primera revisión sistemática sobre este tema, por lo que yo sé, fue publicado en 1986. Entonces se señalaba que en estos pacientes se encontraba predominantemente una afectación de la memoria y se informó que la EM afectaba al registro y codificación (adquirir nuevos aprendizajes) y en la recuperación de información, sin embargo, el déficit específico de la enfermedad aún no ha sido encontrado. Recordemos que para memorizar algo debemos registrarlo, codificarlo, consolidarlo y recuperarlo.

Sin embargo, la disminución de la velocidad de procesamiento de la información se dió a conocer como el déficit primario en los pacientes con EM. Los déficits en la velocidad de procesamiento de la información en la EM se había sugerido desde 1990. Era claramente demostrado por Demaree HA et al. en 1999 como un déficit clave en la EM. Existe la preocupación principal en estudios recientes alrededor del predominio de la afectación de la velocidad de procesamiento de la información. Recordemos que el 80% del cerebro está constituido por sustancia blanca (llamada así por el color de la mielina que contiene) mientras que el 20% restante es sustancia gris. La sustancia blanca se encarga de conectar todas las regiones cerebrales y ha de hacerlo a gran velocidad para poder hacer que trabajen sincronizadamente. Pues bien, parece, ser que la esclerosis múltiple afectaría más predominantemente a la sustancia blanca lo que repercutiría en que los sujetos sean más lentos en su rendimiento cognitivo.

Genova et al (2012) examinaron el grado a la que la velocidad de procesamiento (lentitud) y memoria de trabajo (sistema de memoria muy interesante que lo dejaremos para otro bloc dedicado a qué tipos de memoria tenemos y que contiene cada una de ellas) y demostró que la velocidad de procesamiento se redujo y la memoria de trabajo se veían claramente afectadas en la EM.

Sin embargo, Gmeindl (2012) demostró que los pacientes con EM eran anormalmente lentos, pero para un aspecto muy concreto, su capacidad para cambiar su atención de un estímulo a otro. Esta lentitud causaría no sólo deficiencias en la velocidad de procesamiento, sino que también explicaría las dificultades en una variedad de funciones neuropsicológicas descritas en estos pacientes pero la causa subyacente podía ser esta lentitud a la que aludimos. En otra corriente del conocimiento que trata de dilucidar la importancia de las alteraciones neuropsicológicas en la EM, hay trabajos que señalan que la reserva cognitiva, que es adquirida a través del enriquecimiento intelectual o las actividades de ocio previas a la enfermedad, podían ser factores “protectores para la conservación de las funciones cognitivas en la EM.

Al contrario, la fatiga y la depresión, a menudo considerados como un signo indirecto de la disfunción neuropsicológica, se informó que serían atenuadas por el trabajo intelectual, a lo que yo añadiría la actividad física regular (dentro de las posibilidades de cada uno) y las relaciones sociales.

Como ya he señalado anteriormente, se partió de una hipótesis global que “existe algún tipo de disfunción neuropsicológica en la EM” y parece que hay un acuerdo generalizado de que el déficit en la velocidad de procesamiento de la información es un déficit básico y central en la EM.

Además, la dificultad en la reorientación de la atención se ha aclarado recientemente como una causa de los déficit en la velocidad de procesamiento de la información. Este refinamiento de los conocimientos sobre los déficit neuropsicológicos en la EM nos hace sugerir la necesidad de dotar de un espacio a la rehabilitación neuropsicológica lugar a una configuración hipotética en la para la EM, en el que la mejora de la velocidad de procesamiento, la reorientación de la atención y la memoria de trabajo deben ser objetivos prioritarios, lo que mejoraría su calidad de vida, su independencia funcional y los síntomas depresivos que en mucha ocasiones son consecuencia de ser conscientes de sus problemas cognitivos.

La consecuencia de este breve descripción de los déficit neuropsicológicos (que iremos precisando en posteriores blogs) nos deben motivar hacia el avance en el conocimiento más preciso y refinado de estas alteraciones neuropsicológicas lo que contribuiría contribuiría al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas no farmacológicas, especialmente en la rehabilitación cognitiva de estos déficit.

 

Autor: Javier Tirapu Ustárroz

Javier Tirapu Ustárroz es neuropsicólogo clínico y director científico de la Fundación Argibide para la promoción de la salud mental. Ha impartido más de 450 conferencias, ponencias y cursos de divulgación sobre temas de neurociencia. Cuenta con más de 220 publicaciones y 8 libros relacionados con la neuropsicología. Asimismo, es miembro del comité científico y revisor de 10 revistas científicas y director del área de neuropsicología de revista de neurología. Es profesor en 12 master sobre neuropsicología y neurología conductual en España e Iberoamérica. Co-director del master sobre neuropsicología de la Universidad Pablo de Olavide y del Master sobre trastornos del Espectro Autista.

 


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