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Cada vez son más los estudios que ponen en evidencia los beneficios del ejercicio físico regular en personas diagnosticadas de Esclerosis Múltiple (EM). “…se debe considerar como una parte importante del tratamiento sintomático y de apoyo para las personas afectadas, induciendo a la mejoría de un número de funciones fisiológicas fruto del desacondicionamiento (deterioro del organismo como consecuencia de la inactividad física) y ayudando a manejar algunos síntomas, lo que podría traducirse en mejoras funcionales que afecten positivamente a su vida diaria. Ahora sabemos que permanecer activo implica poderosos beneficios” afirma el Informe del estudio actividad física y deporte en Esclerosis Múltiple elaborado por EME y publicado en diciembre de 2015.
La EM es una enfermedad neurodegenerativa que se diagnostica generalmente en personas jóvenes, por ello, es todavía más importante mantener una buena forma física siempre teniendo en cuenta las capacidades de cada persona y adaptando las actividades de manera individualizada. El documento The benefits of exercise training in multiple sclerosis (2012) muestra los beneficios del ejercicio físico, ordenados en función del grado de evidencia aportada por los estudios. Presentan mayor evidencia la mejora de la fuerza muscular, la capacidad aeróbica y la deambulación y una evidencia suficiente la mejora de la fatiga, la estabilidad, la marcha y la calidad de vida.
Una buena actividad física supervisada por un profesional con experiencia en enfermedades neurodegenerativas y formado para dicha actividad es por lo que apostamos desde ADEMNA. Ya son 8 los años que llevamos impartiendo el Método Pilates orientado a personas con EM en ADEMNA y durante este tiempo hemos podido observar los beneficios que produce esta actividad sea cual sea el estadio de la enfermedad por el que pase la persona afectada.
Este método fue creado por el alemán Joseph H. Pilates a comienzos del siglo XX. Concibió y desarrolló un régimen de ejercicios para mejorar su salud y emprendió distintas actividades físicas para mejorar su condición física, ya que fue un niño débil y enfermizo que padecía asma y fiebres reumáticas. Era una necesidad básica y primordial lo que le empujó a buscar una solución a su situación, y fueron tales su determinación y entrega que consiguió muscular su propio cuerpo. A los 14 años ya gozaba de buena salud y de unas cualidades físicas más que envidiables. Cuando estalló la primera guerra mundial en 1914, Pilates cayó prisionero y fue internado junto con otros compatriotas alemanes en campos de concentración. Durante este periodo enseñó educación física a sus compañeros de los campos y concibió programas de rehabilitación para los heridos de guerra. Inspirándose en el hombre de la Grecia (en su opinión, el mejor reflejo de la armonía física y mental), en el yoga, y en el estudio de los movimientos de los animales y de otras personas, desarrolló una serie de rutinas en el suelo que demandaban equilibrio, flexibilidad, fuerza, agilidad y concentración para realizarlas correctamente. Durante este tiempo, pudo poner en práctica, consigo mismo y con otros internos todos los ejercicios que había creado y, curiosamente, ninguno de estos internos sucumbió a la gran epidemia que mató a cientos de ingleses en 1918. Al ser liberado se vio obligado a abandonar su país y emigrar a Estados Unidos. Allí conoció a la que más tarde sería su esposa, Clara. Juntos abrieron un estudio en la Octava Avenida de Nueva York. Su ubicación, muy próxima al mundo de la danza, fue fundamental para que el régimen de ejercicios de Pilates se asociara estrechamente con el acondicionamiento físico, la rehabilitación de lesiones y el entrenamiento de muchos bailarines. A su método lo llamó contrología. Hoy en día lo conocemos como Pilates en honor a su creador.
El método Pilates es un programa de acondicionamiento del cuerpo y la mente que permite al cuerpo moverse con menos esfuerzo y con movimientos fluidos y equilibrados. Aprovecha el propio cuerpo para obtener la máxima ventaja, recurriendo a su fuerza y a la flexibilidad y coordinación de los músculos y exige a las personas prestar mucha atención al cuerpo durante el ejercicio.
Para la correcta aplicación del método es necesario tener en cuenta los principios básicos en los que se sostiene el Pilates. La aplicación de estos principios es lo que marca la diferencia entre la mera realización de una rutina de ejercicios y la correcta ejecución de los ejercicios del método Pilates y la obtención de los resultados.
Concentración: Se requiere una conexión profunda entre cuerpo y mente. La concentración es trabajo de la mente, durante la realización de los ejercicios permitirá visualizar el paso siguiente para que el sistema nervioso prepare la mejor combinación de músculos para realizarlo, posibilitando un trabajo más ágil y correcto. Sentir el movimiento y no limitarse a ejecutarlo.
Control y precisión: El control o conciencia del cuerpo clave para conseguir calidad en el movimiento. No se trata de ejecutar movimientos intensos o bruscos, sino movimientos de calidad, mediante la activación de la musculatura correcta y en la secuencia adecuada.
Core: Formado por los músculos abdominales, la región lumbar y los glúteos. Pilates establece como principio fundamental que se fortalezca este centro y que sea el origen de todo movimiento. Los músculos asociados a él soportan la columna, los órganos internos y mantienen la postura, estabilizan el torso y permiten el estiramiento y alargamiento del cuerpo de la forma más adecuada y con menos gasto de energía.
Fluidez: En el método Pilates no hay movimientos estáticos o aislados, ya que el funcionamiento natural de nuestro cuerpo no lo contempla. El movimiento debe ser fluido e ininterrumpido. El final de un movimiento es el principio de otro.
Respiración: Una correcta respiración facilita una oxigenación apropiada de la sangre, ayuda a conseguir una relajación del cuerpo y la mente y a liberarse del estrés. La incorporación de una respiración adecuada durante el ejercicio ayuda a relajar los músculos y evita la tensión innecesaria del cuerpo. Centrarse en la respiración favorece la atención y la conciencia.
Dos estudios llevados a cabo en 2013 demostraron los beneficios del Pilates en personas con EM tanto en un grupo de personas que utilizaban silla de ruedas como en un grupo de personas con diferentes capacidades para la marcha. Para el grupo en silla de ruedas hubo mejorías significativas en la estabilidad sentado, en la postura sentado, en el dolor de espalda y en el impacto de la EM en sus actividades de la vida diaria después de un entrenamiento de 12 semanas. En el segundo estudio, el grupo con capacidad para la marcha mostró mejorías significativas en el equilibrio, movilidad y en la fuerza de extremidades superiores e inferiores después de un entrenamiento de 8 semanas. (1)
Otro estudio más reciente, publicado en mayo de 2016 demostró tener beneficios en el equilibrio, la fatiga y mejoras en la sintomatología cognitiva y en la calidad de vida en un grupo de personas con EM tras un programa de Pilates de 8 semanas centrado en la estabilización del core. (2)
Además nuestra propia experiencia confirma que un programa de Pilates centrado en la potenciación de la musculatura estabilizadora en personas con EM mejora el equilibrio, la fuerza de las extremidades, la flexibilidad y la función respiratoria lo que conlleva una disminución de la fatiga y una mejora de la calidad de vida.
Autora: Estitxu García Ferreiros, fisioterapeuta de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra (ADEMNA)